La actual crisis mundial ha ocasionado el caos en la mayor potencia capitalista del mundo: Estados Unidos. Desde inicios de este año hemos visto en las noticias que miles de fábricas en los Estados Unidos han cerrado sus puertas pues no hay dinero ni siquiera para pagarles a sus empleados. Como ya lo mencioné, esto trae como consecuencia la gran ola de desempleo que ha repercutido en nuestro propio país Costa Rica. Los ajustes estructurales y las terapias de choque que ha promovido el FMI han deteriorado la economía de los países así como sus servicios sociales. Cada vez en nuestro único mundo está más marcada la brecha entre ricos y pobres pues nosotros, el “proletariado” de las grandes corporaciones nos basta con un sueldo miserable que ni siquiera recompensa la mitad de la mano de obra invertida. Solamente en Costa Rica el índice de pobreza extrema para el año 2008 llegó a 28597 personas en extrema pobreza y además el número de personas que no cuentan con los recursos para satisfacer las básicas llego a 59195 personas aproximadamente. Con esto vemos que a pesar que a nivel mundial se comentaba que Costa Rica era uno de los países que estaba soportando la crisis, las estadísticas nos dicen lo contrario. Como dice un periodista cubano:
“La crisis del capitalismo es integral y sistémica, por abarcar, la crisis financiera, la crisis cíclica, la crisis energética, la crisis del sector alimentario, la crisis ecológica, la crisis de la agresiva política exterior imperialista, la crisis de gobernabilidad, la crisis del consumismo desenfrenado, la crisis de su economía política. Desde que estas crisis se hicieron una sola querer examinarla es el más grave error.”(López Ojeda, J. (2009))
Más que sinónimo el mercantilismo es el escultor del Capitalismo que nos está ahogando pues si en la época mercantil el dios era el oro, en la sociedad actual es el dinero. Por eso cada vez las empresas tratan de explotar y ver como aprovecharse de sus subalternos pues entre más aprovechen la plusvalía más subsisten a la crisis y dejan morir de hambre a sus empleados que no tienen expectativas de llegar a ser ricos, pues para ellos el que nació pobre, morirá pobre.
Somos víctimas y autores de este problema que ocasionó esta crisis que nos ahoga, ahora la pregunta es… ¿Hay alguna escapatoria a esta catástrofe que se nos viene encima? ¿Será que con un nuevo “sistema” lograremos sobrevivir a las consecuencias desastrosas ocasionadas por el capitalismo?
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